¿Cómo conseguir el éxito en el control de Tuta?
La polilla del tomate (Tuta absoluta) es una plaga importante en los cultivos de tomate en invernadero y al aire libre.
¿Cómo se identifica?
La polilla adulta pone unos 260 huevos. Las larvas de primer estadio son blanquecinas, y se vuelven amarillentas al emerger. Practican galerías dentro de las hojas, los tallos y los frutos. En los estadios segundo a cuarto, se vuelven de color verde con una banda negra detrás de la cabeza. Los huevos son cilíndricos. Su color varía del blanco crema al amarillo brillante, oscureciéndose hasta llegar a ser casi negros antes de la eclosión.
Una vez completado su ciclo, la larva, se deja caer al suelo mediante un hilo de seda, para hacer su pupa, aunque también la hacen sobre la superficie de la hoja, en una hoja doblada o en una galería.
Los adultos son polillas de color marrón grisáceo con antenas en forma de hilo.
Síntomas y daños
Son nocturnos y suelen ocultarse entre las hojas durante el día, por lo que le atrae los objetos de color negro. (envases, rollos de rafia, etc). El síntoma más característico son las galerías en forma de manchas en las hojas.
Las orugas prefieren las hojas y los tallos, pero también se observan debajo de la parte apical del fruto e incluso en su interior.
En las hojas, las larvas solo se alimentan de los tejidos del interior, dejando la epidermis intacta.
Las frutas pueden ser atacadas tan pronto como se formen, pero las larvas solo se alimentan de frutos verdes. En caso de infestación grave, las hojas se mueren completamente. Las galerías realizadas por las orugas provocan malformaciones. Los daños en los frutos facilitan la entrada de hongos, provocando su maduración anticipada y putrefacción antes o después de la cosecha.
Tratamiento de la tuta
No hay ningún fitosanitario químico que sea eficaz contra esta plaga, por lo que, para controlar esta plaga, es importante atacar el máximo de estadios posibles (huevo, larva y adulto), así como intentar mantenerla alejada de nuestro cultivo, siempre que sea posible.
Estas son las medidas que podemos tomar para combatirla:
- Limpiar bien el cultivo anterior: Si vamos a plantar tomates donde hemos quitado otro cultivo de tomate, dejar un tiempo prudencial, limpiar con motor de aire los restos de cultivo, eliminar malas hierbas, y tratar el suelo con algún insecticida de contacto. Esto nos ayudara a que cuando plantemos nuestros nuevos tomates, no los invada tanto la plaga y nos de tiempo a combatirla antes de que se asiente en nuestro nuevo cultivo.
- Impedir la entrada al invernadero mediante telas mosquiteras: La polilla de la tuta es un insecto bastante grande, por lo que si cerramos bien nuestro invernadero le será muy difícil entrar.
- Suelta de auxiliares (Nesidiocoris tenuis): Son chinches que se alimentan de huevo y larvas de tuta. Buscan activamente los huevos de tuta y los devoran, por lo que son nuestro principal aliado en el control biológico en tomate. Este insecto se comercializa para su suelta en los cultivos en botes de plástico de 500 o 1.000 individuos. Por lo que podemos planificar una dosis de suelta (normalmente de 1 a 4 individuos / m2) en una o en varias sueltas. Y siempre se pueden soltar a lo largo del cultivo si no vemos suficientes sobre este.
- Feromonas de confusión sexual y trampas para capturas masivas de adultos (polillas): Las feromonas sólo atraen a la polilla macho y se pretende evitar que los machos encuentren a hembras reales y se apareen, de modo que habrá menos reproducción en nuestro invernadero. A su vez, existen también en el mercado, trampas de color negro con pegamento. La polilla, al ser un insecto nocturno, al amanecer busca un sitio oscuro donde pasar el día, por lo que le atraen estas trampas. Con ellas conseguimos capturas masivas de adultos, tanto machos como hembras. Y si colocamos las feromonas en estas trampas negras, conseguiremos una mayor captura.
- Espolvoreos de azufre: A la polilla de la tuta le atrae el olor del tomate. Si espolvoreamos con azufre en polvo nuestro cultivo, enmascararemos el olor del tomate, haciendo nuestro cultivo menos atractivo para la tuta. Además, el azufre es muy buen preventivo para ácaros y ceniza. Incluso podemos hacer un cóctel mezclando con el azufre de espolvoreo, cobre en polvo, bacillus en polvo, diatomeas o dióxido de silicio, para potenciar nuestro tratamiento contra tuta y evitar a su vez problemas fúngicos y de ácaros (vasates y araña roja).
- Tratamientos semanales con bacillus: El bacillus es un bio – insecticida, recomendado para su uso en cultivo ecológico. Durante la esporulación, producen cristales proteínicos, conocidos como endotoxinas, que poseen propiedades insecticidas al ser ingeridas por las orugas. Cuando los insectos ingieren los cristales proteicos, el pH alcalino de su tracto digestivo activa la toxina Cry, la cual se inserta en el epitelio del intestino del insecto, provocando poros en el epitelio. El poro causa una lisis celular (rotura de la membrana celular) y la posterior muerte del insecto.
Después de todo lo descrito, aun así, el éxito sobre el control de tuta dependerá del grado de población de tuta que haya. De tal modo, siempre tendremos mejor control en campañas de tomate de otoño-invierno, que en primavera-verano.
Y siempre tendremos mejor control si cubrimos bien todos los puntos descritos anteriormente, sin flaquear en ninguno.